técnicas de relajación en el deporte
- Cuando queremos realizar una técnica de relajación, lo primordial, es tener muy claro para qué queremos llevarla a cabo. Como muchas otras cosas en la vida, y especialmente en el deporte, hacerlo porque sí, porque lo hacen los demás, por moda o porque creemos que va a funcionar como una poción mágica, lo único que va a suponer es una pérdida de tiempo y quedarnos con la idea de que la relajación no sirve para nada.
- Es esencial tener una necesidad real que reclame la utilización de esta técnica, para que realmente pueda funcionar, ya que sin ella, no vamos a encontrar ningún tipo de motivación para poner en marcha el entrenamiento de la técnica.
- El entrenamiento de la técnica. Aunque suene extraño, hay que practicar previamente, para poder controlarla y beneficiarnos de ella, ya que lleva su tiempo y es algo que difícilmente va a funcionar “a pleno rendimiento” desde el primer momento, y habrá que tener la paciencia suficiente para no arrojar la toalla tras los primeros intentos.
-Hay que tener en cuenta que cada uno de nosotros somos un mundo, y no todas las técnicas van a funcionar por igual. Hay multitud de factores que pueden influir. Habrá técnicas que serán las idóneas, mientras que otras pueden no aportarnos nada o que incluso se produzca el llamado efecto paradójico de la relajación. Por lo tanto, hay que probar y como os he dicho antes, no arrojar la toalla a las primeras de cambio.
- El efecto paradójico que acabo de comentar, se da cuando al hacer una técnica de relajación, en lugar de conseguir el efecto deseado, nos produce el efecto contrario, nos pone mucho más nerviosos o tensos. A veces, es muy fácil que se dé en los primeros momentos y no por ello hay que alarmarse. La mayoría de las veces no somos conscientes de las sensaciones de nuestro propio cuerpo, y el hacerlo, a veces puede ser ciertamente incómodo.
- Quedarse dormido, no es síntoma de haberse relajado, si no más bien de no haber seguido las indicaciones adecuadas para la técnica.
- La relajación puede ser tanto esencial como diferencial. Hablamos de relajación esencial cuando el objetivo es rebajar la activación de todo el organismo, mientras que hablamos de relajación diferencial cuando buscamos disminuir la tensión o activación de una parte o grupo muscular concreto del cuerpo, por ejemplo las piernas o la espalda.
- Respecto a las consideraciones sobre el modo de llevar a cabo estas técnicas, lo ideal es tumbado boca arriba en una alfombra o esterilla (a ser posible nunca en la cama), con ropa cómoda, descalzo, poca luz y sin ruidos externos distractores. Sobre la posibilidad de usar música, pues dependerá de cada uno, pero siempre música instrumental y sosegada. Tampoco pasa nada por hacerlo sentado, pero en las mismas condiciones que ya os he comentado. Personalmente, creo que no es bueno hacerlo justo antes de irse a dormir (a no ser que el objetivo de hacer la relajación sea el de poder dormir) ni justo después de haber comido.
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MªVictoria González Vinagre -